Voz que clama en el desierto

Oct 3, 2022Blog

“¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones”. (Mateo 10:29-31)

Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas”. (Lucas 3:4).


En todos los tiempos, quienes escribieron la historia fueron hombres comunes que soñaban con que sucedieran cosas extraordinarias. Hoy, Dios ha extendido nuevamente su llamado y ha abierto una oportunidad para que tanto jóvenes como viejos escriban el futuro. A la luz de los recientes acontecimientos mundiales, hay una generación, sin distinción de edades, que se está levantando de las cenizas para reclamar el destino divino de esta Tierra. Como alguien dijo: “Dios gobierna los asuntos de los hombres. Y si ni siquiera puede caer un pajarillo al suelo sin que Él lo observe”. La única esperanza para este mundo está en Dios, pero Dios nos ha entregado una carta de invitación, por medio de Joel 2, para cambiar el curso de esta Tierra.


Debemos levantarnos y ser una voz que clama en el desierto para hacer volver esta Tierra a Él. Dios busca, hoy, revolucionarios totalmente entregados a Él que sean una voz, y no solo un eco, en este período de kairos. Deben levantarse voces que no solo clamen a Dios, sino también a esta Tierra, para que se reviertan todos los decretos ateos y secularistas que amparan los abortos y la intención de coartar las libertades individuales. La batalla no puede ser perdida. Necesitamos creer. Si Dios lo hizo una vez, puede volver a hacerlo.


Oración intercesora
“Dios, hazlo otra vez en nuestra Tierra. Padre, levanta una generación de voces apasionadas totalmente entregadas a ti que sacudan el país para que se vuelva a ti. Respondemos al llamado que ha sido lanzado y te pedimos que te levantes y brilles en medio de la oscuridad. Clamamos a ti con desesperación pidiéndote que levantes hombres y mujeres como Daniel en la antigüedad. Dios, si lo pudiste hacer una vez, sin duda, puedes hacerlo de nuevo.”

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